Zaila. Proyecto de vivienda unifamiliar en Sopelana

Unificar espacios integrando el paisaje dentro de la casa

Esta casa unifamiliar de Sopelana nos ofrecía una interesante oportunidad; ordenar la planta inferior para lograr unos espacios cómodos y ganar en calidez.

Hablamos de una casa donde el salón y el comedor estaban ubicados en dos alturas diferenciadas por una escalera y divididas por una chimenea. Además el porche en "L" bordeando el comedor se adueñaba de terreno necesario para conseguir un espacio interior cómodo.

Nuestro objetivo era unificar la zona de salón-comedor en una sola planta, subiendo el salón a la altura del comedor y añadir el porche al interior de la vivienda eliminando tabiques de fachada y sustituyéndolos por amplias puertas correderas de cristal. De esta forma ganábamos en usabilidad y confort además de unir interior y exterior en un único espacio. La sensación principal es de tranquilidad y familiaridad entre los principales espacios de la vivienda: porche, salón, comedor y cocina se convierten en una unidad que envuelve.

Teniendo en cuenta que la vivienda cuenta con unas fantásticas vistas, queríamos integrarlas en el salón, así que vestimos estos ventanales con caídas marcadas por un zócalo realizado por un cambio de tela a 60 cm del suelo. Así marcábamos una horizontalidad acorde con los horizontes del paisaje exterior.

Para ampliar aún más este nuevo espacio y darle mayor calidez integramos la cocina, retirando tabiques opacos y sustituyéndolos por puertas correderas de hierro y cristal.

En la distribución anterior, una chimenea dividía los ambientes. Esa división ya no tenía razón de ser porque nuestro objetivo era aunar los dos espacios, así que cambiamos la chimenea por otra más pequeña que se pudiera ver desde cualquier punto de la estancia.

Una vez trabajada la planta, debíamos ordenar los techos acordes a la distribución anterior. En el comedor, el espacio más amplio de la estancia, realizamos un pesebre bañado con luz indirecta para dar volumen al techo recogido por un cuadrado con formas geométricas en el interior. Gracias al pesebre salvábamos las diferentes alturas por cuestiones de conductos de ventilación etc... y así enmarcábamos de algún modo la zona del comedor, rodeado por ventanales de cristal dejando entrar toda la luz natural y las vistas preciosas al mar.

El salón se acondicionó con papel pintado en las paredes opacas. Junto al piano creamos una zona de estudio de líneas sobrias con baldas utilizando como materiales constructivos el nogal y el hierro natural. Creamos para este espacio un sofá chaise-longue a medida y un mueble de televisión también en hierro y nogal, pensado para albergar toda la infraestructura de las nuevas tecnologías. El aparador amarillo, de diseño Zaila, es la pieza que sube el tono del lugar por su color fresco y elegante. Lo ubicamos contra una pared “móvil"; una puerta de grandes dimensiones que cierra la cocina en contadas ocasiones. La mesa de comedor, con una imponente superficie de nogal, la diseñamos de tal forma que los pies fueran un guiño al trabajo del Maestro Richard Serra y que desde el jardín se pudiera percibir el carácter tan envolvente de su estructura.

En el exterior, ubicamos en planta una zona de relax junto a la piscina como sustituto del porche anterior. De esta forma, separábamos ambientes de exterior-interior.

Los resultados de este proyecto han sido muy positivos, ganando en amplitud, luz, comodidad y con unos muebles de un estilo muy acorde a las personas que disfrutan del espacio.

“Si esperas a que tener suficiente dinero para decorar y hacer de tu casa tu hogar, esto nunca sucederá. Si esperas a poder comprar todo nuevo, no estas entendiendo la meta. Es lo viejo, lo nuevo, lo usado, lo coleccionado, lo deteriorado pero amado, lo que hace que tu hogar sea tuyo.”

— Stacy Risenmay